10 dic 2013

Capítulo I: CHILE

La República de Chile es un país ubicado en el extremo suroeste de América del Sur comprendiendo una franja de tierra entre el Océano Pacífico y la Cordillera de los Andes, limitando al norte con Perú, al este con Bolivia y Argentina y al sur con el paso de Drake. El país cuenta en la actualidad con unos dieciséis millones de habitantes, siendo su capital Santiago de Chile y su actividad económica principal la minería, seguida por la agricultura y la pesca.

En 1520, Fernando de Magallanes fue el primer explorador en recorrer el territorio chileno, llevando hoy su nombre el famoso estrecho, pero es a partir de 1535 cuando los españoles intentasen conquistar las tierras tras derrotar a los Incas. Con la expedición del explorador Diego de Almagro, viaja el famoso trompeta español Juan Hermoso de Tejada junto a otros músicos españoles introduciendo así la música militar en el país.

Después de se establecer la colonia española no se volvieron a oír cornetas ni otros instrumentos de viento hasta el arribo del batallón Talavera en 1814, el cual contaba con una banda de tambores y pífanos la cual alternaba con una de cornetas.
En esa misma época se formaba en la capital una pequeña banda de música que reemplazaría a los instrumentos de cuerda que hasta entonces hacían el servicio militar. Al desertor de un buque de guerra inglés, William Carter, se le encomendó la tarea de formar la banda oyéndose por primera vez así en Chile el trombón, la trompa, el serpentón o el clarinete del que Carter era un notable intérprete por lo que de inmediato pasó a ser profesor de clarinete en la familia de los Carrera, una familia decisiva en la independencia del país.
Con la unión de los ejércitos del general  San Martín (Argentina) y el general O'Higgins (Chile) entre 1817 y 1820 se oyen por primera vez en Chile bandas completas y organizadas vestidas a la turca y compuesta en su totalidad por negros africanos y criollos argentinos.

En 1818, se declararía la Independencia de Chile, durante el gobierno del Director Supremo Bernardo O'Higgins.

Consolidada la independencia del país y designado el General O´Higgins como director supremo se formó la primera “Escuela de música” con 50 alumnos.

En  1831 el ministro Diego Portales comienza un proyecto para la dotación de una banda para cada institución cívica de Santiago, empezando por la banda del batallón Nº 4 cívico.
No pasaría mucho tiempo hasta que el proyecto llegara a distintas ciudades de Chile.
Como dato curioso decir que las bandas militares de la época que tocaban en las retretas no contaban aun con un director.

En la actualidad, las agrupaciones organizadas permanentes con remuneraciones formales y calendario anual de actividades  no son más de 25, la mayoría entre el Ejército y la Marina, que cuentan con bandas en las principales zonas del país, destacando la de Carabineros, Fuerza Aérea, Gendarmería y unas pocas bandas civiles.

La Banda Sinfónica de la Fuerza Aérea de Chile nació en el Grupo de Artillería Antiaérea de El Bosque, el 16 de junio de 1934, formada por 16 integrantes.

Fue a partir de 1979 cuando avanzó hacia una mayor profesionalización, gracias a la contratación del director de bandas de la policía alemana, el Teniente Coronel Artur Max Rosin. El propósito era convertir al grupo en un cuerpo de divulgación cultural de la Fuerza Aérea. Por primera vez el orfeón institucional actuó en grabaciones y en las Semanas Musicales de Frutillar junto con la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Chile.  En 1984 el maestro Rosin regresaría a Alemania asumiendo la dirección el  Cabo 1° Mario Valdés Gómez.

Es desde esta época cuando la Banda Sinfónica de la Fuerza Aérea (FACH), participa regularmente y por más de 25 años en los escenarios principales de la música en Chile, a la par de las orquestas sinfónicas principales y en varias oportunidades realizando conciertos en conjunto con la Orquesta Sinfónica de Chile o cubriendo partes de metales en alguno de sus conciertos masivos. Con esto como ejemplo podríamos decir que las agrupaciones militares se encuentran en Chile bien posicionadas en el mundo cultural civil, paralelamente a su actividad militar interna.

 En la actualidad, la Banda es dirigida por Fabrizzio de Negri.

Fabrizzio en una conversación me transmite su opinión sobre el estado de salud de las bandas chilenas y su importancia para la sociedad:

“…Podemos decir que la actividad de banda a nivel profesional está en Chile preferentemente en las Fuerzas armadas y de Orden. Personalmente creo que las bandas sinfónicas o de concierto tienen muchas veces más posibilidades de crear nuevas audiencias por dos razones principales; primero, por que pueden llegar a lugares donde la orquesta sinfónica al centrar su actividad en un teatro casi nunca llega (ciudades y pueblos mas apartados), y segundo, por la facilidad técnico-instrumental de abordar distintos tipos de lenguajes y estilos musicales que cubren el jazz, el pop y la música clásica. Puedo así por ejemplo tocar para un público neófito el primer movimiento de una sinfonía de Mahler y junto a ella tocar Misión Imposible de Lalo Schifrin. Con esto acercamos a la gente y le otorgamos la posibilidad de expandir sus horizontes respecto a la música…”

Los programas de concierto han crecido en exigencia notablemente los últimos años, incluyendo compositores como Stravinsky, Mendelsohn, Copland y Gordon Goodwin.
Las Bandas profesionales ofrecen conciertos formales, didácticos, interactivos, populares, con medios audiovisuales, etc.

Según el maestro Fabrizzio de Negri:

“Se privilegian los espacios techados por sobre los al aire libre, y en nuestro caso al menos, la mayoría de las veces con amplificación provista y manejada por la misma banda. Se busca que la banda no suene como mucha gente imagina que debe sonar, sino que se aproxime a un ideal moderno en lo técnico y acústico de cómo debe sonar la música actualmente.”

En cuanto a las bandas amateurs, éstas están principalmente vinculadas a los colegios donde podemos destacar la congregación del santo italiano Luis Orione que ha impulsado la formación primero de bandas de guerra en varios colegios en el país y luego bandas instrumentales y sinfónicas completas.

La CORFOBAE es una federación para las bandas estudiantiles, para apoyar la capacitación de sus miembros, principalmente con pequeños cursos.

En el sur de Chile la colonia alemana ha influido en gran medida en la existencia de bandas amateurs. Desde que en 1848 se emprendió una colonización alemana subvencionada por el gobierno chileno para repoblar el sur del país, esa original inmigración alemana de unas siete mil personas influenciaron la composición cultural de gran parte del sur chileno como Valdivia, Llanquihue u Osorno.

A pesar de todo el tiempo y estos avances, a las bandas chilenas les esperan nuevos logros para este s. XXI:

  • Por alguna razón las universidades y sus conservatorios no han prestado mucha atención a las bandas y solo muy recientemente se están organizando de muy buena forma varias big-bands en las principales universidades del país. 
  • Las mujeres  no forman parte de las fuerzas armadas, pero ya hay cupos para ellas y probablemente en unos años estarán tocando. En las bandas no profesionales están en igual número que los hombres. 
  • No existen compositores que se hayan dedicado a componer obras originales para banda. Las obras que se han escrito han sido excepciones. Se han escrito muchos himnos pero por los directores de bandas y no por los compositores chilenos. 
  • En general el tema de los directores no ha estado en las prioridades de la mayoría de las agrupaciones. Existen muchísimas bandas escolares y juveniles que necesitan directores y que son dirigidas por instructores que poco o nada saben de dirección.
  
 Excepcionalmente la Fuerza Aérea sería uno de los pocos ejemplos donde se ha mandado a sus directores a estudiar dirección al extranjero o contratado directores ya formados puesto que no ha existido por mucho tiempo la posibilidad de estudiar la disciplina de dirección en Chile.
No es común que una banda cuente con un director invitado, salvo limitadas excepciones.

  • No existe en el país concursos de bandas.
 Al menos la esperanza en las nuevas generaciones chilenas llenan de vida y optimismo a las bandas. Mientras tanto, personas como el maestro de Neri las cuidan y miman hasta el próximo cambio generacional:

…Creo que las bandas, todas ellas y en especial las sinfónicas (concertband) cumplen un papel significativo e irremplazable en el acercamiento del público a la música. Con las bandas se pueden crear audiencias para los teatros y los conciertos con más facilidad que con cualquier otro tipo de agrupación, pues éstas están preparadas y equipadas para poner en programa la más amplia variedad de estilos y géneros musicales y combinarlos de muchas formas, facilitando el experimentar la música a las nuevas audiencias. Al mismo tiempo, con la posibilidad de llegar muchas veces donde otros no pueden llegar, las bandas pueden educar sin discriminación.  Por esta última razón normalmente éstas son queridas por su comunidad…”

por Carlos Diéguez 
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